Las ampollas es un daño que suele producirse más en tiempo de verano, aunque también en en invierno. Se produce por un roce, frote o fricción inconveniente en la piel causada, por el sudor, por mantener o tener el pie plano, o por un zapato incorrecto.
El sudor, gran enemigo del pie
El sudor suele ser el gran enemigo del pie en todas las épocas del año, ya que hay personas que sudan en exceso y eso hace que la piel se reblandezca y favorezca no solo los hongos, sino también, las temidas ampollas. También suele ser producido por un calzado nocivo, así pues, para evitar las ampollas, lo primero y más conveniente es evitar el sudor en todo momento, con un calzado fabricado con materiales apropiados, es decir, que sean porosos, flexibles, anti-sudor e impermeables.
Sandalias y buen tiempo
Las altas temperaturas hacen que sea necesario destapar el pie y usar sandalias frescas y cómodas. Estas, si no las elegimos bien, también pueden ayudar a que salgan las dolorosas ampollas, ya que llevarlas demasiado holgadas, y/o de materiales dañinos que están en constante contacto con la piel del pie, puede ser la combinación perfecta para una dolorosa ampolla debido al mal roce constante e insistente. La sandalia debe ir sujeta al pie, pero no apretando, debe tener su anatómico espacio natural para realizar el juego del pie al caminar.
Pie sin humedad, pero hidratados
Una cosa es que el pie esté húmedo por el sudor, que genera bacterias y facilita heridas, ampollas y hongos, y otra diferente es una piel limpia, suave e hidratada. La hidratación favorece la libre motilidad del pie y que la piel sobrelleve bien estos movimientos. No hay que olvidar que la piel es el mejor aislante del cuerpo siempre y cuando la mantengamos en óptimas condiciones, por ello utilizar una crema emoliente, y en ocasiones una vaselina para el pie, ayudará a formar una película que evitará las malas fricciones, rozamientos y también ampollas.
Sandalias y Calzado sanitario
El pie se pasa su vida envuelto en un calzado, trasladándonos con nuestro peso de un lugar a otro. Con calor, frío, y a veces con diferentes contratiempos de salud que merman nuestras capacidades al caminar. Por todo ello, nuestros pies merecen un calzado, que nos garanticen la buena salud para ellos, como nuestro calzado o zueco tipo sanitario.